Esta carta la he encontrado en Internet, No se de quien es, pero si a quien va dirigida, Puede ser de cualquier niño de cualquier club de España. La cuelgo aqui para que no nos pase a ninguno de los padres que componemos este club. Por favor leer la carta y reflexionar. NUNCA NOS DEBE OCURRIR
Hola papa, no sé como decírtelo. Seguramente crees que lo haces por mi bien, pero no puedo evitar sentirme raro, molesto, mal. Me regalaste la pelota cuando apenas empezaba a andar. Aún no iba a la escuela cuando me apuntaste en el equipo. Me gusta entrenar durante la semana, bromear con los compañeros y jugar el domingo, como lo hacen los más grandes. Pero cuando vas a los partidos; no sé. Ya no es como antes. Ahora no me das una palmada cuando termina, ni me invitas a tomar algo. Vas a la grada pensando que todos son enemigos.
Insultas a los árbitros, a los entrenadores, a los jugadores, a otros padres; ¿Por qué cambiaste? Creo que sufres y no lo entiendo. Me repites que soy el mejor, que los demás no valen para nada al lado mío, que quien diga lo contrario se equivoca, que solo vale ganar. Ese entrenador del que dices que es un inepto, es mi amigo y quiere lo mejor para mí, él me enseñó a divertirme jugando dando menor importancia al resultado. El chico que el otro día salió en mi puesto; ¿te acuerdas?.
Si papi, aquel que estuviste toda la tarde criticando y diciendo que; no sirve ni para llevar los balones;. Ese chico va a mi clase. Cuando lo vi el lunes, me dio vergüenza. No quiero decepcionarte. A veces pienso que no tengo suficiente calidad, que no llegaré a ser profesional y a ganar millones, como tú quieres. Me agobias. Hasta he llegado a pensar en dejar de jugar; pero; ¡me gusta tanto!. Papá, por favor, no me obligues a decirte que no vengas más a verme jugar; Te pido papá, que me dejes jugar mis partidos.
Tú ya jugaste los tuyos, me lo has comentado y sé que fuiste muy bueno. Hace poco veíamos en la televisión un partido de fútbol, te enfadaste por que un jugador profesional se hizo expulsar por reclamar al árbitro y tú le insultaste, por no saber comportarse y dejar a su equipo incompleto. Sin embargo, tu reclamas al árbitro todas sus decisiones y hasta los insultas. Me confunde tanto esto, que olvidándome de los consejos de mi entrenador, también yo reclamo y en ocasiones hasta insulto al árbitro.
Estoy seguro que hago mal, por eso déjame aprender, me asusta el saber que me pueden sancionar por repetir el vicio de los mayores. Tú sabes mucho de fútbol, dime todos tus secretos y recuerda que ante todo, tengo que seguir las instrucciones de mi entrenador y no las tuyas en los descansos de los partidos, después, de regreso a casa, comentemos mis errores para irlos corrigiendo. Déjame intentar jugar bien, no me quites mi creatividad.
Te aseguro que los problemas que se presentan durante el juego, los puedo resolver sólo. De esta manera “sentiré” mis victorias y seré responsable de mis derrotas. Yo te quiero y te necesito en la grada oyendo de ti y de mamá sus gritos de ánimo y al terminar, quiero compartir con vosotros mis victorias y necesito vuestro consuelo en mis derrotas. Ayúdame papá, no es mucho lo que pido, solamente “deja y déjame ser”.